Un monje que va caminando en silencio con su maestro. En su orden no deben relacionarse ni tocar a las mujeres. Llegan a la orilla de un río desbordado por las lluvias que tienen que cruzar metiendo los pies en el agua. En el mismo lugar se encuentran a una prostituta vestida en sus mejores galas. Esta les pide ayuda para cruzar el río explicándoles que va a llegar tarde a una boda donde la han contratado para bailar. El maestro del monje la sube sobre sus hombros y la cruza a la otra orilla. Se despiden y el monje y su maestro siguen su camino en silencio.

El monje esta espantado por lo que ha hecho su maestro y no deja de pensar sobre lo que ha sucedido. Una hora mas tarde ya no pudiendo contenerse mas se para y le expresa al maestro sus sentimientos por lo que acaba de presenciar. El maestro contesta, “yo me despedí de ella en cuanto habíamos cruzado el rio, pero veo que tu todavía la llevas encima.”

 

 

Ocupamos la mente con elementos del pasado repitiendo escenas de manera compulsiva, como si se tratara de escenas de una película que visionamos y revisionamos sin parar, especialmente si se trata de un recuerdo doloroso. La mente rumia sobre material ya masticado una vez tras otra dando nos la sensación de estar encadenados en una rueda sin fin.

La vida por otro lado nos ofrece la oportunidad de comprender que el pasado, el presente y el futuro son simples hitos en un flujo continuo y que la respiración, el tomar y el dejar son el pulso de este flujo. La vida nos regala la capacidad de experienciar y soltar, de contemplar y dejar pasar, de digerir y expulsar.

Rumiar y retomar experiencias ya pasadas es un reflejo de contención, una especie de estreñimiento mental, y la meditación nos ofrece el marco para que el proceso de soltar pueda ocurrir, ofreciendo espacio y presencia; el retorno al flujo continuo que es el río de la vida.

Estáte en el presente, con cada inhalación toma lo que te trae el flujo de la vida y con cada exhalación suéltalo de nuevo, así la paz reinara en ti.

 

-OM-

Besos y Bendiciones, Harmony